La atención y la capacidad de concentración no son elementos de la inteligencia, sino condiciones previas indispensables.  Se habla de falta de concentración general, pero debemos diferenciar tres fenómenos distintos:

  1.     1.  La falta de atención, entendiendo por esto que el sujeto no cuenta con la capacidad de concentrar su atención en una orientación determinada.
  2.      La falta de una correcta distribución de la atención.  El intelecto, en su actividad normal, se orienta simultáneamente en varias direcciones para realizar su trabajo continuo de análisis y síntesis.  La atención necesita así distribuirse continuamente.   Podemos considerar como un caso de incorrecta distribución de la atención, por ejemplo, al niño que se abisma tanto en una cosa que ni ve ni oye.  Ésta puede ser también la actitud del neurótico que al concentrarse en un solo tema se refugia y elude pensar en otra cosa.
  3.    La falta de perseverancia.  El sujeto no puede concentrar su atención en un solo tema durante un tiempo prolongado.  Se cansó pronto y su trabajo disminuye considerablemente, o carece en absoluto de constancia y abandona pronto la tarea que le exige concentrar la atención.  Puede tratarse de un síntoma pasajero, como ocurre comúnmente en la pubertad.
Facebook
Twitter
LinkedIn
Categorías

Contáctanos

Estamos para ayudarte y aclarar tus dudas

Translate »