La adultez tardía mantiene una distinción única entre los períodos de la vida humana, ahora se vive más tiempo.  El envejecimiento primario implica cambios universales e irreversibles que ocurren como resultado de la programación genética, y el envejecimiento secundario se da en cambios en el funcionamiento físico y cognoscitivo.

 Durante esta etapa algunas habilidades declinan de manera gradual a lo largo de la adultez, empezando a los 25 años, y otras permanecen relativamente estables.  Estas habilidades son: el razonamiento inductivo, la orientación espacial, la velocidad perceptual, la habilidad numérica, la habilidad y la memoria verbales.  Existen factores ambientales y culturales que juegan un papel en la disminución intelectual.  Gracias a la plasticidad, el cerebro puede modificar la conducta lo que, por medio de estimulación cognitiva, práctica y motivación, los adultos pueden conservar sus habilidades mentales. 

 El psicopedagogo como experto en aprendizaje, provee de técnicas específicas para la estimulación de diferentes áreas en el adulto mayor: en atención, lenguaje, funciones ejecutivas, memoria, cálculo, gnosias y praxias por medio de intervenciones semanales.

 Esta intervención cognitiva no cura enfermedades neurológicas, lo que hace es estimular diferentes áreas cerebrales, con el fin de crear nuevas conexiones sinápticas, fortaleciendo en el adulto mayor sus capacidades cognitivas y a la vez fortaleciendo su autoestima y seguridad en sí mismo.