La niñez se divide en tres etapas: la infancia del nacimiento hasta los 3 años, niñez temprana de los 3 a los 6 años y la niñez intermedia de los 6 a los 11 años.  Es una etapa de diferencias individuales con respecto a sus características, influencias o resultados del desarrollo.  Durante estas etapas existen periodos críticos o sensibles, siendo aquellos que en un momento específico en que un suceso, o su ausencia, tiene un impacto específico en el desarrollo y los periodos sensibles son tiempos en el desarrollo en los que el niño es particularmente responsivo a determinados tipos de experiencias.

 El periodo de los 7 a los 11 años, marca en la vida de los seres humanos un desarrollo riquísimo del sistema nervioso, paralelo al creciente perfeccionamiento de las funciones mentales emergentes desde la más tierna edad y que se vuelven cada vez más complejas, de forma lenta y progresiva.

 El desarrollo resulta del aprendizaje haciendo un cambio duradero en la conducta, basado en la experiencia o la adaptación al ambiente.  El aprendizaje es un desarrollo continuo con un cambio cuantitativo.

 El Diagnóstico Psicopedagógico Diferencial temprano permite examinar los problemas particulares y detectar posibles obstáculos en el aprendizaje y finalmente orientará tanto a padres como a docentes a la construcción de metodologías especificas que permiten el avance del niño en áreas en proceso.