Como educadores, padres o especialistas que ayudamos a nuestros niños y niñas en el proceso de aprendizaje, debemos de considerar la pedagogía enseñada por Jesús en su momento y la misma que sigue existiendo hasta el día de hoy.
Jesús nos enseña a través de sus parabolas, narraciones de sucesos sencillos.
Los ejemplos que nos pone Jesús, están siempre vivos en nosotros, especialmente porque nos exige a nosotros mismos tomar conciencia de lo que ser cristiano, es así como no solo debemos tener oídos atentos a las parábolas, además debemos tener preparado el corazón para comprender la sensibilidad de la enseñanza y alejar toda soberbia en nosotros para aceptarla.
El mejor lugar para recibir la Palabra es el corazón, ¿tenemos otra opción para atesorarla?, ese en ese lugar donde habita el amor, es allí donde Jesús nos quiere depositar sus enseñanzas, y si no tenemos disposición a recibirla en ese lugar, es cuando el maligno la arrebata.
Hoy y todos los días abramos nuestro corazón a Jesucristo, enseñar es una de las tareas más importantes que tenemos en nuestras manos, porque formamos mentes nuevas y damos esperanzas a muchos, sigamos las enseñanza de Jesús de dar siempre lo mejor para nuestro projimo.