Las dislexias evolutivas se han venido definiendo desde hace unos 40 años como un trastorno de base neurológica, ya sea estructural o funcional, que resultaría responsable de un conjunto más o menos amplio de disfunciones en el plano neuropsicológico (Molina, 1991).
Lo cierto es que la concepción de la dislexia como trastorno con una base neurológica se sostiene sobre una base empírica que parece sólida y que ha ido creciendo a los largo de los últimos 20 años, tanto en lo que se refiere a documentación de anomalías en la fisiología y arquitectura cerebrales, como a nivel propiamente neuropsicológico.
Las diferencias documentadas en la literatura especializada sobre todo en orientación neuropsicológica y más reciente la neuropsicológico-cognitivo, se pueden agrupar en 4 grandes categorías:
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Diferencias en el curso general del desarrollo neuropsicológico.
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Diferencias en la elaboración auditiva.
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Diferencias en la elaboración visual.
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Diferencias en la integración autidito-visual.
Mañana iniciaremos con el punto 1.
Tomado del libro: Dificultades de aprendizaje, intervención psicopedagógica.