Recordemos que el desarrollo del ser humano es un proceso dinámico e integral; las condiciones sociales y educativas son las que contribuyen a obtener un desarrollo armonioso y óptimo para la persona.
El entorno educativo puede estimular a los niños, pero no todos los niños reciben o perciben este estimulo de igual manera. La combinación de aptitudes y necesidades individuales con un entorno comprensivo y estimulante es determinante en el desarrollo de toda la persona.
El desarrollo es un proceso de cambio continúo, desde la infancia, adolescencia y a lo largo de toda nuestra vida.
Como proceso dinámico tenemos el desarrollo psíquico que dura toda la vida. Las interacciones entre las aptitudes individuales y el entorno social determinan qué conductas (acciones) y qué motivos de conducta se despiertan y manifiestan (Mönks/Knoers 1996).
Para disfrutar de un buen desarrollo, los niños necesitan libertad y espacio para sus proyectos, sino que deben ser guidados y estimulados para poder desarrollarse nuevas conductas y nuevos aprendizajes. Los estudios nos dicen que entre mayor estimulación tengan los niños, mayor capacidad tendrán y mayores experiencias crearán.
Las condiciones básicas para el mejor desarrollo de un niño son el trato satisfactorio y la estimulación adaptada al niño, es decir, partiendo de las inclinaciones y las necesidades del pequeño.
Tomado del libro: El superdotado