Las emociones hacen parte de la evolución natural, muchas veces se desencadenan en reacciones primitivas, lo que hace muy importante que se adquiera habilidades que nos permitan controlar nuestros impulsos emocionales, entenderlos y manejar nuestras reacciones. Para el niño puede ser un aprendizaje vital, diferentes estudios han demostrado que la felicidad y el éxito en la vida adulta tiene que ver menos con el cociente intelectual de lo que creíamos. Nuestra capacidad intelectual tiene apenas el 20% de la responsabilidad por los factores determinantes del éxito, el 80% restante depende de otras variables como la clase social, el azar y la inteligencia emocional Goleman, 1996. Es tanto o más inteligente el que sabe responder mejor a sus emociones, que el que se le facilita resolver problemas matemáticos. El reto está en que hemos desarrollado todo un sistema educativo para entrenar la inteligencia cognitiva, pero tenemos descuidada la inteligencia emocional y gran parte de la labor de configurarla recae en el hogar.
Fuente: Los miedos de los niños de hoy.