Todos los niños y niñas desobedecen. Olvidan ordenar su cuarto, juegan en la sala, no recogen sus juguetes y así sucesivamente con otras conductas que logran enojar a sus padres.
Para los padres, la desobediencia es semejante a una infracción menor, le sucede hasta a las mejores personas y esperan que aprendan algo de ella. Pero cuando los niños y niñas actúan con desafío, los padres saben que se pasaron de la raya. Los niños que son desafiantes no sólo desobedecen, sino que retan a la autoridad de sus padres y las de sus maestros.
El desafío es una desobediencia con una posición de enfrentamiento. El desafío se vuelve un problema para la mayoría de los padres cuando atribuyen este acto a una falta de respeto consciente; por ejemplo cuando el niño de 12 años se burla ante la petición de que apague la televisión para ir a dormir y responden: “no, no puedes decirme lo que tengo que hacer” y además “no voy a apagar la televisión porque no quiero”.
Puntos de reflexión:
- Es una conducta nueva o se viene repitiendo con frecuencia?, si es una conducta repitiente el estilo de comunicación que se esté utilizando no está teniendo efecto. Cambie de estrategia empleando los lineamientos de la ternura, de la que les hablamos al inicio de la sección: ¿Cómo decirlo a los niños”.
- La falta de respeto hacia la autoridad es un problema serio. Nunca olvide en conversar con sus hijos en un momento en que esté menos enojado y a la vez esté más receptivo. Es preferible dejar pasar el mal momento y en otro momento, sin dejar pasar mucho tiempo del evento sucedido, hablar con él o ella de lo que le preocupaba de su conducta.
- La falta de respeto NUNCA debe de disculparse, pero tampoco debe evitar que un padre trate de entender. Es decir, aunque estén enfermos por ejemplo no hay justificación para comportarte así.
- Hay que tomar en cuenta, que hoy en día muchos niños y niñas enfrentan el divorcio de sus padres, esta situación puede aumentar su enojo ante la autoridad. Algunos pequeños tienen que asumir responsabilidades adicionales porque viven en un hogar con un solo padre o en una familia en la que ambos padres trabajan y siempre están fuera de casa. Estos niños y niñas tal vez se sienten algo adultos. También existe la tendencia equivocada entre muchos adultos de permitir que los amigos de sus hijos los llamen por su nombre; la elevación de los niños a una condición de adultez les transmite un mensaje equivocado cuando también esperamos que obedezcan a la autoridad.
- Es aconsejable tener una lista de LO QUE SE DEBE HACER Y LO QUE SE DEBE EVITAR y en esta incluir las actitudes tanto positivas como negativas de los niños.
- Al saber porque está enojado (su hijo o hija) y que su comportamiento de desafío no es aceptable, averigüe las razones por las que actuó de esa manera y quizá descubra algunos aspectos interesantes. Utilizar la empatía en estos casos es más útil. A los niños y niñas le es más difícil estar conscientes de lo que les molesta y les es difícil expresarlo correctamente. Hablarles en un tono de voz más tranquilo y la disposición a imaginar lo que sucede, puede dar como resultado una nueva perspectiva acerca de los motivos que los niños y las niñas tengan.
Acordemonos que educamos a nuestros hijos para hacer de ellos mejores seres humanos.
Mañana les contaremos como corregirlos y como NO hacerlo! No se lo pierdan!