La agitación y la inestabilidad son normales en algunos períodos de la vida infantil.  Aparecen como reflejo de crisis pasajeras tales como la de los tres años y la de la pubertad, que coinciden con grandes modificaciones glandulares.

     Hay, no obstante, niños que son siempre muy inquietos o que se toman inestables a partir de determinado momento de su existencia.

    Los niños que tiene la musculatura y el esquelo muy desarrollados necesitan actividad y mucho movimiento, y se tornan inestables cuando se los obliga a permancer inactivos, como por ejemplo, en la mesa y en la escuela.  Necesitan gastar su energía en los deportes o actividades libres.

    La inestablidad puede provenir de un ambiente familiar inadecuado.   Los padres que riñen delante de los hijos no deben asombrarse de que éstos sean excesivamente inquietos.  Modificando el ambiente o apartando al niño, si es necesario, desaparece la inestabilidad.

     La agitación puede preceder a enfermedades infecciosas o a una intoxicación.  Ciertas enfermedades mentales y lesiones cerebrales están muy frecuentemente acompañadas de agitación.

    No existen consejos generales para la educación de los niños inestables pues sólo se pueden dar indicaciones conociendo la causa de la inestabilidad.

     Para mañana hablaremos de: AGRESIVIDAD Y BRUSQUEDAD!!!

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