Cuando establecemos una buena comunicación es lo que llamamos conservación bilateral, esta es la de HABLEMOS CON los niños. Y una conversación unilateral es: “a” los niños.
Las siguientes instrucciones: necesitas un corte de pelo, vas a derramar eso, ponte otra ropa, son ejemplos típicos de “hablar a”.
Los adultos que hablan a los niños pueden hacer excusas diciendo que un niño pequeño no puede conversar al nivel de un adulto, pero en realidad, ése no es el punto.
A ninguna persona, incluyendo a los niños pequeños, les gusta que se les hable a ellos, trate de hablarles siempre no importa la edad que tengan y vera que obtendrá resultados positivos.
Hablar con los niños y luego escuchar lo que tienen que decir son HÁBITOS VALIOSOS que se forman desde muy temprano. Ellos rinden grandes dividendos cuando llegan a adolescentes.