miedos-infantilesLos miedos infantiles no son fáciles de explicar. El miedo es una reacción emocional ante un peligro específico. Este rasgo de especificidad es lo que lo diferencia de unos estados de ansiedad que el ser humano en general y el niño en particular experimentan en ocasiones sin que pueda precisarse el objeto o situación que los provoca.

El miedo puede proteger al niño de situaciones peligrosas y, en mayor o en menor medida, tiene un punto de conexión con la historia de la humanidad y con la necesidad de preservar la vida y la supervivencia; tiene una función evolutiva y normal que está al servicio de la vida.

Por esta razón los miedos infantiles están íntimamente relacionados con el estado de extrema DEPENDENCIA en el que nace un niño; estado que le hace altamente dependiente de la madre y el entorno. Por ello muchos de los miedos infantiles van cambiando y modificándose con la edad, a medida que el niño va cubriendo las etapas más importantes de su desarrollo.

El vínculo con una madre que lo cuida y se ocupa de satisfacer sus necesidades, proporciona al bebé el germen del sentimiento de confianza y seguridad, al tiempo que le hace tolerable la espera y la frustración. La actitud de la madre puede transmitirle esa confianza o, por lo contrario, contagiarle un estado indefinido de tensión que tendrá en el pequeño manifestaciones somáticas y emocionales diversas.

Tomado del Libro: «Los miedos infantiles» de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez

Mañana continuaremos con las diferentes reacciones al miedo, según la etapa de desarrollo del niño.

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