Por medio del desarrollo de habilidades emocionales, se favorece el aprendizaje, la maduración y el bienestar personal del niño o niña; se amplía la agudeza y la profundidad de la percepción y la intuición; así mismo, aumentan la motivación, la curiosidad y las ganas de aprender.
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Vivian Pérez Echeverría PhD.
Doctora en Ciencias de la Educación, Master en Psicopedagogía, Master en Neuropsicología Educativa, Perito Judicial en Pedagogía y Psicopedagogía Clínica