La habilidad para representar al mundo por medio del dibujo es otro signo que indica que el niño está aprendiendo a comunicarse mediante símbolos. Los niños muy pequeños sólo garabatean; al madurar, comienzan a representar cosas en sus dibujos; a medida que crecen, sus dibujos se vuelven más realistas.
Por medio de los dibujos el niño logra expresar su estado psicológico y bienestar emocional, es además un medio de socialización con los demás y sirve también por cuanto permite desarrollar la motricidad fina, es decir, aquella que se relaciona con el movimiento de los dedos, lo cual facilita los procesos posteriores de la escritura. A través del dibujo de los niños pueden decir lo que sienten, ya que éste les permite hacer relación entre su mundo interno y su mundo exterior.
Casi siempre los niños tienen la percepción de que han hecho algo importante y por eso obsequian sus garabatos con orgullo a quienes son parte de su corazón (padres, abuelos, hermanos). La forma en que esos primeros trazos sean recibidos influirá notablemente en el desarrollo posterior del niño.