Es la que se manifiesta sobre todo en las artes escénicas y en la música. El desarrollo de talentos en estos ámbitos depende en gran medida de un entorno estimulante. Desarrollar talento artístico de forma óptima conlleva a menudo tener que practicar infinitamente, por lo que estos niños suelen carecer del trato social necesario y, en consecuencia, muchas veces no pueden entablar relaciones sociales con otros. Un niño superdotado no se puede equiparar a un niño prodigio, como lo fue Mozart. Este tipo de talentos extraoridinarios son muy escasos y no se manifiestan más de una o dos veces en un siglo. La musicalidad puede despertarse muy pronto en el niño, pero sólo se puede conseguir un rendimiento excelente aplicándose con voluntad de hierro y con una perseverancia incansable.
Tomado del libro: EL SUPERDOTADO de Franz J. Mönks e Irene Ypenburg