Este tipo de terapia se utiliza en el tratamiento de múltiples trastornos psiquiátricos. Se trata de una intervención estructurada, con sesiones delimitadas en el tiempo y los objetivos y tareas definidas. Los pacientes con TDHA precisan una organización muy establecida y rígida para poder seguir las pautas correctamente. Sin embargo, las tareas largas, continuas y con beneficios, solo a largo plazo no les resultan atractivas y les suponen un enorme esfuerzo mantenerlas. Por estas razones, este tipo de tratamientos deben adaptarse a las características del trastorno y de cada uno de los pacientes.
La TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL se basa en la interacción entre la COGNICIÓN, LA CONDUCTA Y LA AFECTIVIDAD. Una vez cambiado el pensamiento, podremos abordar de forma más correcta la conducta y nuestras emociones serán más positivas.
Esta terapia suele llevarse a cabo en un plazo de tiempo limitado que oscila en función del trastorno y de los objetivos que se desean lograr. Es razonable plantear la terapia de 12 a 15 sesiones para el trabajo de las dificultades básicas y mantener sesiones de apoyo y seguimiento en la medida necesaria. En el transcurso de las mismas, se deberá hacer uso de tanto de técnicas cognitivas y de comportamiento como sea necesario, en función de las características del propio paciente, de las condiciones ambientales en las que se encuentre y de las áreas más afectadas.
La terapia cognitivo- conductual debe ser acompañada con otras estrategias para mejorar otras áreas afectadas, tales como: manejo del tiempo, solución de problemas, control de los impulsos, manejo de la agresividad.