El Acta de Trastornos del Desarrollo de 1977 (Developmental Disabilities Act) define los trastornos del desarrollo como: «crónicos, severos y atribuibles al retraso mental, parálisis cerebral, epilepsia o autismo, porque tales condiciones consisten en alteraciones similares del funcionamiento intelectual general y de la conducta adaptativa y requieren servicios y tratamientos similares a los requeridos para tales personas» (Schopler, 1983, pág. 20).
La forma de intervenir y tratar a estas personas habrá de ser EDUCATIVA principalmente, para enseñarles habilidades, actitudes, conocimientos, procedimientos, donde precisa de intervención psicopedagógica contemplada en forma global y sistémica.
Hay que diferenciar tres niveles:
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Biológico: al que habría que acudir en primer lugar en busca de una explicación de los problemas y dificultades de las personas con trastornos de desarrollo, siendo un nivel causal.
- Cognitivo-emocional: en que se daría el núcleo de diversos problemas.
- Conductual: o el observable externamente.
El segundo como el tercer nivel son de típico psicológico. Estos tres niveles interaccionan entre sí y con el «entorno», de manera que pueden suavizarse los problemas o agravarse en función del tipo de interacciones más o menos estimulantes.
Tomado de: INTERVENCIÓN PSICOPEDAGÓGICA EN LOS TRASTORNOS DEL DESARROLLO.