Un niño de dos años le dice un día a su mamá, sin que antes apenas pronunciara palabra: «Mira, mamá, allí hay una ardilla». La madre se quedó atónita con esta «explosión lingüística» y salió corriendo con su hijo hacia el trabajo de su marido y dijo: «¡Escucha lo que acaba de decirme nuestro hijo!». A lo que el niño respondió con toda naturalidad: «Acabo de decirle a mamá: mirá, allí hay una ardilla».
Tomado del libro: El Superdotado